Abigail Martínez
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21 may 2023
El sueño nos permite funcionar adecuadamente, le permite al cuerpo y a la mente descansar y restablecerse. En un proceso que el ser humano emplea un tercio de su existencia y es, además, una de las actividades que más repite a lo largo de ésta, día a día, noche tras noche. Cuando se presentan problemas durante el sueño los efectos negativos en el organismo no tardan en hacerse notar.
El 17 de marzo, se celebra el Día Mundial del Sueño, con la finalidad de concientizar a la población acerca de la importancia de dormir bien, pues puede llegar a convertirse en un problema serio para la salud. Al igual que la buena alimentación y el ejercicio físico moderado, el sueño de calidad es un hábito fundamental para el bienestar físico, mental y social.
Descansar es primordial en el mundo agitado en el que vivimos, la mayoría de las personas no logran descansar la cantidad de horas que se requieren para tener un sueño reparador. Se estima que una persona adulta requiere entre 7 y 8 horas de sueño para restaurar las funciones del organismo. Si no podemos disfrutar de un sueño de calidad, lo más probable es que nuestro cuerpo comience a experimentar una serie de cambios y alteraciones en el sistema nervioso, endocrino e inmunológico.
Al desvelarnos nuestro cerebro se cansa, por lo que su capacidad disminuye. Las personas que duermen menos tienen más torpeza mental, de esa forma cometerán más errores que los individuos que descansan adecuadamente.
Los trastornos del sueño pueden provocar todo tipo de dolencias, que van desde la obesidad hasta enfermedades cardiovasculares como un infarto o sufrir hipertensión; asimismo, cuando dormimos poco las defensas bajan y nos volvemos más débiles, siendo más propensos a agarrar algún virus o bacteria, sin tener la capacidad de combatirlos.
Actualmente, la Organización Mundial de la Salud (OMS) reconoce 88 tipos diferentes de trastornos del sueño, siendo el insomnio el más habitual, que afectan a un 40% de la población occidental. El insomnio crónico perjudica al 8%-10% de las personas adultas, mientras que el transitorio, aquel que se mantiene durante varias semanas y luego disminuye, lo padecen cerca de un 30%.
Aunque estas alteraciones se muestren de manera muy similar, complicaciones para conciliar el sueño y mala calidad del descanso, pueden llegar a causar efectos físicos como trastornos metabólicos, genéticos, cardiovasculares, respiratorios, etc. o psicológicas, estrés, depresión y ansiedad, entre otros.
En definitiva, dormir poco y mal conduce a una menor productividad y empeoramiento de la salud. Por tanto, no debemos olvidar que dormir bien implica tener un mejor estado de ánimo y bienestar emocional, llevando a un estado más sano con un mayor rendimiento en los estudios o en el trabajo (bienestar a nivel laboral, social y familiar).
Referncias:
García, S. (2018). Consecuencias de dormir poco. CuidatePlus. https://cuidateplus.marca.com/bienestar/2018/02/16/consecuencias-dormir-161347.html
s/a. (2013).La importancia de dormir para presentar un buen estado de salud y bienestar emocional. Semal.org. https://www.semal.org/es/prensa-tv/la-importancia-de-dormir-para-presentar-un-buen-estado-de-salud-y-bienestar-emocional
Iranzo, A. (2022). Consecuencias de dormir poco | Hospital Clínic Barcelona. https://www.clinicbarcelona.org/asistencia/vida-saludable/dormir-bien/consecuencias-de-dormir-poco
serendipia. (2023). Día Mundial del Sueño. Diainternacionalde.com. https://www.diainternacionalde.com/ficha/dia-mundial-sueno